jueves, 22 de enero de 2009

Conciliar trabajo y familia

Muchos españoles tienen grandes dificultades para conciliar el trabajo remunerado con su vida privada, lo cual da lugar a unas situaciones personales verdaderamente lamentables. Hombres y mujeres que no ven a sus hijos en toda la semana, y que se desesperan porque no encuentran la manera de mejorar esta situación; menores desatendidos; mujeres que retrasan "sine die" la maternidad por miedo a perder su cargo o a descarrilarse completamente del tren de su carrera profesional; abuelas estresadas por cuidar a sus nietos.

Para favorecer la conciliación, una condición imprescindible es cambiar nuestros usos horarios: hacer más racionales, más flexibles, más humanos en definitiva. Con estos objetivos creamos hace cinco años la comisión Nacional para la Racionalización de los horarios Españoles, que desde entonces presido. Lo hicimos al constatar que en nuestro país las prolongadas horas de trabajo, que se extienden en muchos casos hasta la noche, nos obligan a llegar a casa muy tarde; a cenar a horas intempestivas y a dormir poco y mal, lo cual repercute en mayor riesgo de sufrir accidente laboral y de tráfico; no nos dejan tiempo para compartirlo con nuestra pareja y nuestros hijos, y menos aun para relacionarnos con otras personas; nos dificultan la formación, cultivar aficiones… En otras naciones europeas de nivel similar al nuestro, los ciudadanos terminan de trabajar a las cinco o las seis de la tarde y les queda tiempo para todo ello.

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